Llamamos signo lunar el signo en el que se encontraba la luna en el momento de tu nacimiento.

Lo podrás ver facilmente levantando tu carta astral en cualquiera de los programas gratuitos que encontrarás en internet. 

El signo en el que se encontraba tu luna, unido a los ángulos que la luna tiene en tu carta astral con otros planetas y el área del zodiaco en la que cae, nos da una información muy detallada sobre los automatismo que manifiestas en tu vida afectiva. 

Hay 12 lunas, correspondientes a los 12 signos zodiacales: 12 maneras de entender el afecto y la vida.

¿Cómo entiendes la seguridad y los afectos?

¿Cómo te ganas el afecto de los demás?

¿Cómo saboteas tus relaciones?

Todo esto depende en gran medida de tu signo lunar. 

Cuando entiendes tu signo lunar y el patrón emocional que has registrado desde esta matriz energética, empiezas a entender mejor tus necesidades emocionales y cómo encararlas de una manera más adulta y consciente. 

En concreto tu signo lunar te da información sobre cómo fue tu vínculo con tu madre, y qué cualidad tiene le energía que identificas como energía de seguridad y cuidado. Es aquella energía que tú registras como energía de casa, energía de refugio. Es tu energía madre.

Así también va a indicar qué tipo de situaciones vas a afectivizar, dónde vas a registrar que hay afecto. Cuando entras en una relación, vas a registrar que cuando esta energía está presente, estás siendo querido, mientras cuando no lo está, no lo estás siendo. Esto ya de entrada, si no soy consciente del mecanismo, va a generar malentendidos en mis relaciones de adulto. Si yo filtro mi vida afectiva desde la necesidad de mi luna, no voy a poder recibir lo que el otro me está dando, porque viene desde un mecanismo distinto. 

Esta energía madre también se convierte luego en mi talento, en mi manera de conseguir afecto, y como tal dará lugar a la repetición de un mismo comportamiento, que generará una identidad: porque siempre me porto de esta manera, me creo que soy así. 

En mis relaciones de adulto necesito recrear esta misma energía madre presente en mi signo lunar, porqué es la energía que me da seguridad.  Entonces de manera inconsciente lo que hago es reproducir el mismo tipo de vínculo que he vivido con la madre, reaccionando de la misma manera, aun cuando no corresponde a la situación que estoy viviendo en el presente. 

Así voy armando un mecanismo, que llamamos lunar, que antes o después va a provocar mi infelicidad. 

Por ejemplo, una persona con luna en libra, ha tenido una madre muy social, muy agradable, muy interesada en lo que piensan los demás y en mantener una fachada de armonía frente al mundo. Una madre que siempre sonríe cuando encuentra conocidos y que le pide al niño también sonreír. Entonces la persona con luna en libra se mueve de adulta desde la creencia que sin armonía no hay relación, y tener una relación es muy importante para luna en libra. Esta persona necesita que en sus relaciones nunca haya conflicto. Entonces no se va a permitir confrontar el otro cuando lo necesita, se va a negar a jugar el papel más activo y asertivo que también es necesario para que el vínculo crezca y se mantenga sano.  Estará continuamente cediendo su deseo frente al deseo del otro, manteniendo el mecanismo que aprendió con mamá, la mayoría de las veces sin ni siquiera comentarlo así que el otro ni siquiera se entera de lo que ocurre. Finalmente llegará el día en el que ya no será posible gestionar toda la confrontación que se ha evitado hasta ese momento. Si la persona se mantiene fiel a su mecanismo lunar, lo más probable es que siga negándose al conflicto, y para conseguirlo tendrá que cortar con esta relación y buscarse otra, donde al principio todo será armónico y agradable,  muy satisfactorio para luna en libra que es muy seductora y complaciente, pero pronto volverá el mismo problema.  

Así una persona que lo que más desea es preservar la relación a toda costa, acaba sin relación.

Cada luna actúa un mecanismo propio que sabotea justo lo que más desea.

Llamamos mecanismo lunar esta necesidad de generar y mantener el mismo tipo de energía en la relación, pase lo que pase.

Es una fijación infantil. Es un hechizo. Desde este hechizo, somos nosotros mismos los que saboteamos y arruinamos nuestras relaciones. 

Claramente al intentar salir del hechizo lunar, experimentaremos miedo. Salir de la luna provoca auténtico terror.

¿Tienes ganas de explorar tu mecanismo lunar y ver cómo puedes conseguir relacionarte desde el adulto?